Primer Aniversario de la Beatificación de Monseñor Romero

Con una solemne celebración Eucarística, en Catedral Metropolitana, se recordó el primer aniversario de la beatificación de Monseñor Oscar Romero, Obispo y Mártir. El 23 de mayo de 2015, en la Plaza del Divino Salvador del Mundo, fue proclamado beato el primer salvadoreño y el más universal. Aquella fecha ha quedado marcada como un día histórico para nuestra Iglesia y nuestro país.

Treinta y seis años después de su martirio, el mensaje de Monseñor Romero sigue resonando con actualidad. También nosotros debemos vivir el Evangelio con radicalidad. Celebrar hoy su memoria significa un compromiso en la construcción de una cultura de la vida. Ningún cristiano puede favorecer la cultura de la muerte en que vivimos. Es nuestro deber convertirnos en constructores de paz para moldear una cultura de la paz y de la vida. Todos somos llamados a superar las profundas raíces de la violencia: exclusión social, la idolatría del dinero, la impunidad y el individualismo.

Monseñor José Luis Escobar Alas, arzobispo metropolitano presidió la Misa de Acción de Gracias, junto a obispos, sacerdotes, religiosos y fieles, especialmente jóvenes, – que llenaron el templo catedralicio- a quienes invitó a custodiar la memoria del mártir salvadoreño. Recordó una homilía del Beato Romero quien, predicando sobre un sacerdote asesinado, se refirió al beduino que guía a un grupo de personas quienes lo asesinan mientras les señala el camino correcto en medio del desierto para evitarles la muerte. Así fue la vida de Monseñor Romero: indicó el camino de la justicia, de la verdad, de la no violencia, de la fraternidad a una sociedad que se encaminaba a la muerte.

“Monseñor Romero nos invita a la cordura y a la reflexión, al respeto a la vida y a la concordia. Es necesario renunciar a «la violencia de la espada, la del odio», y vivir «la violencia del amor, la que dejo a Cristo clavado en una cruz, la que se hace cada uno para vencer sus egoísmos y para que no haya desigualdades tan crueles entre nosotros», escribía el Papa Francisco en una Carta escrita con motivo de la beatificación.

Nuestro arzobispo, Monseñor Escobar Alas, invitó a todos a favorecer la devoción al Beato Romero. También recomendó que en todos los hogares se tenga la imagen de Monseñor Romero para que su vida nos inspire y caminemos día a día custodiando la memoria de quien quiso asemejarse a Jesucristo.