«¿CUÁL ES NUESTRA META? LA CUNA DEL PROFETA»

El reloj marcaba las 4:30 a.m. y los peregrinos comenzaban a llegar a la Cripta de Catedral Metropolitana para vivir la Santa Misa de envío para iniciar su peregrinación del 1 al 3 de agosto hacia Ciudad Barrios, ciudad natal del primer santo de El Salvador, San Oscar Arnulfo Romero.

Al concluir la Misa las familias, grupos de jóvenes, niños y ancianos acompañaban la imagen de San Oscar Romero y, durante el camino se animaban con cantos y frases dedicadas a a esta tercera peregrinación.

Mons. Escobar Alas acompañó a los peregrinos al inicio de esta expresión de fe. El primer día de la peregrinación también se contó con la presencia del Cardenal Gregorio Rosa Chávez, el obispo de Chalatenango, Mons. Oswaldo Escobar; el obispo de Zacatecoluca, Mons. Elías Bolaños y el obispo de Sonsonate, Mons. Constantino Barrera.

Durante el camino, los feligreses de las parroquias de los alrededores realizaban actos culturales y decoraban los lugares para recibir a los peregrinos, además de arreglar altares en honor a San Romero, también preparaban los alimentos que iban a compartir con los peregrinos.

“¿Cuál es nuestra meta? La cuna del profeta, ¿cuál es nuestra otra meta? Cuidar nuestro planeta”, se mantenían cantando y gritando los peregrinos.

En las parroquias de acogida se hacía la entrega simbólica de un árbol, pues uno de los ejes de esta tercera peregrinación era promover y fomentar una cultura ecológica. Los otros dos ejes fueron pedir por la paz del país y conmemorar el primer año de canonización de San Oscar Romero.

La jornada del primer día finalizó con una Santa Misa en la Parroquia Santiago Apóstol en Apastepeque, San Vicente, que fue celebrada por el obispo de esta diócesis, Mons. Elías Rauda.

El segundo día de peregrinación inició desde el Parque Central de Apastepeque rumbo al desvío de Santa Clara.

Los jóvenes cumplieron con el mensaje del Papa Francisco quien invita a caminar junto con los ancianos, pues los jóvenes son los héroes del presente y deben aprender de los ancianos, ya que “las palabras de los abuelos tienen algo especial para los jóvenes”.

El Cardenal Gregorio Rosa en el camino no se cansó de pregonar la frase “sin agua no hay vida, sin bosques no hay agua” y lo recordó también en la Santa Misa, que fue presidida por el obispo de la diócesis de San Miguel, Mons. Fabio Colindres en la Parroquia Nuestra Señora de Candelaria en Moncagua.

El último día de la peregrinación partió de Chapeltique. Los rostros de los peregrinos demostraban alegría por estar cerca de la meta, ya solo restaban 17 kilómetros para llegar a la ciudad natal del primer santo de El Salvador.

“Llegamos a la meta, llegamos a la meta” gritaban los peregrinos al entrar a Ciudad Barrios, quienes fueron recibidos entre música en vivo, cohetes y abrazos de las personas de la localidad.

La Santa Misa de clausura fue presidida por el obispo de Santiago de María, Mons. William Iraheta y concelebrada por el Cardenal Gregorio Rosa Chávez; el obispo de San Miguel, Mons. Fabio Colindres; el obispo de Chalatenango, Mons. Oswaldo Escobar; el Secretario de la Nunciatura Apostólica, Pbro. Carlo María Donati y sacerdotes de todas las diócesis que se sumaron a esta peregrinación.

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