53° JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

La Vicaría Episcopal de Promoción Humana – Cáritas realizó el 25 de enero la Jornada Mundial de la Paz 2020 denominada “El legado de los mártires a la construcción de la paz”, en el Seminario San José de la Montaña.
El señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas brindó las palabras de apertura al acto, donde agradeció la labor presencia y el trabajo que las vicarías hacen en cada parroquia. Luego, el señor Nuncio Apostólico, Mons. Santo Rocco Gangemi dio una breve reflexión sobre el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2020.
La mesa de honor estuvo conformada por el Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas, el Nuncio Apostólico, Mons. Santo Rocco Gangemi, el Director y Vicario de la VEPH – Cáritas, Pbro. Octavio cruz, el Pbro. Juan Vicente Chopin, el Pbro. José María Tojeira y Fray Ernesto Palma.
La presentación y explicación del mensaje del Santo Padre Francisco para esta 53° Jornada Mundial de la Paz “La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica”, estuvo a cargo del Pbro. Juan Vicente Chopin.
“El legado de los mártires a la construcción de la paz”, título de la asamblea, se enfocó en la vida del Padre Cosme Spessotto y el Padre Rutilio Grande.
La primera fue presentada por Fray Ernesto Palma, quien durante su intervención dijo que el Padre Cosme Spessotto era un hombre de discernimiento, que sabía leer los signos de los tiempos, era muy cercano a los jóvenes, “era un hombre de sentir con su pueblo, de sentir con la Iglesia como decía Monseñor Romero”, concluyó.
El Padre José María Tojeira se encargó de explicar un poco sobre Rutilio Grande a quien se refirió como un ejemplo de amor permanente, amor de Dios y amor al prójimo. Su discurso se basó en el tiempo difícil que el Padre Rutilio vivió y como en esos momentos él se convirtió en un defensor de la paz.
Durante cada temática explicada se facilitó un espacio de preguntas para que los asistentes pudieran solventar sus dudas sobre lo presentado. Se contó con la presencia de alrededor de 400 personas entre sacerdotes, religiosas y laicos.