Pbro. Francisco Javier Morán, Administrador Diocesano del Ordinariato Militar
Siempre sorprenden estas palabras del ángel Gabriel cuando saluda a María: “Alégrate llena de gracia”, no puede haber más alegría sobre la faz de la tierra para un ser humano que escuchar una voz de un ser tan celestial con semejantes palabras: – (…) “alégrate porque Dios ha puesto sus ojos en ti”. – ¡Qué maravilla! que misterioso e indescriptible.
Pues ese tanto y más merece la llena de gracia, que otro poquito más y rebalsa de tanta gracia. Que bella, que linda, pero, que insustituible es la persona de la Virgen para este proyecto de Dios.
Por eso el mes de mayo está dedicado a expresar de manera especial este amor, este ruego y este honor a la madre de Dios y madre nuestra a través del Rezo del Santo Rosario, con los canticos y otros tantos detalles con los que podemos dar las gracias a María Santísima. Ya que no se puede ser buen cristiano, sin ser un devoto fiel de María.
El Papa Francisco con tanto amor ha querido motivar a los cristianos católicos del mundo en este mes de mayo a que recemos el Santo Rosario en familia, o individualmente con gran amor y sencillez. El Santo Padre, nos recuerda que sobre todo debemos invocar la protección e intersección ante la pandemia del coronavirus y nos da dos modelos de oración, donde se le pide que bajo su amparo acoja nuestras suplicas por la salud del mundo, de los enfermos y por otro lado los que están arriesgando sus vidas para que nosotros podamos conservar la nuestra. Que Ella interceda por nosotros y con su ayuda pronto volvamos a ver siempre con esperanza el horizonte de un nuevo amanecer.
Confiemos en las manos amorosas de nuestra Madre la Virgen María y rezando con gran devoción el Santo Rosario, el cual, en momentos de más crisis, ha sido siempre el arma y el antídoto más eficaz contra cualquier suerte de peligro y de mal.
Animo, sigamos adelante y vivamos marianamente este mes de mayo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.