Con ocasión del XXXI aniversario del martirio de los padres jesuitas y sus dos colaboradoras, el arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas, hizo un reconocimiento público y expresó la gratitud de la Iglesia por la ofrenda de sus vidas.
Los mártires de la UCA ofrendaron sus vidas trabajando por la justicia, la verdad, la caridad, el bien, la paz. Vivieron el evangelio de forma radical. Su memoria sigue viva y la obra que ellos iniciaron debe ser continuada. Ese el desafío de todos.
Monseñor Escobar Alas exhortó a todos los cristianos a ser consecuentes con el Evangelio y vivir hoy el legado de los mártires. Significa actuar movidos por la verdad, la justicia y el bien. Aceptar todas las consecuencias que se derivan del Evangelio. Seguir las huellas de Cristo y trabajar por transformar la sociedad: que desaparezca la injusticia, la violencia, las inequidades escandalosas, que nos preocupemos por los que sufren. Que vivamos como hijos de Dios e invoquemos la intercesión de ellos.
Este año 2020 ha sido declarado Año Jubilar Martirial por la Conferencia Episcopal de El Salvador. Monseñor José Luis subrayó que el sueño de los padres jesuitas es el mismo de Monseñor Romero, del padre Rutilio y el padre Cosme Spessotto. El 16 de noviembre de 1989 fueron asesinados los padres jesuitas y sus dos colaboradoras al interior de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.