El Salvador anhela vivir en un Estado de derecho

La conferencia episcopal de El Salvador hizo público este domingo un comunicado donde se presentan valoraciones sobre los recientes acontecimientos de nuestro país, poniendo énfasis que el pueblo salvadoreño anhela vivir en un Estado de derecho. Como pastores desean contribuir a la paz social y a la serena convivencia del pueblo salvadoreño, en el marco del Bicentenario de la Independencia de los países centroamericanos.

En el comunicado se destaca que el pueblo salvadoreño anhela vivir en un Estado de derecho. Justicia y derecho por años negado, debido al ejercicio de prácticas ilegítimas e improcedentes como la corrupción, la impunidad, el nepotismo, el compadrazgo, la compra de voluntades, la mentira, la difamación, la calumnia.

En un segundo momento señalan que es importante la depuración del sistema judicial, pero respetando el debido proceso. “Nos parece que esto es válido tanto para el caso de la cesación de cerca de un tercio de jueces de la nación, como para la aprobación de la reelección presidencial, por parte de la Corte Suprema de Justicia. Por eso elevamos nuestra voz para recordar a las autoridades responsables, que estas acciones solo pueden tener validez si se dan apegadas al Derecho constitucional del país porque el fin no justifica los medios”. Agregan que cambiar un sistema injusto por medio de acciones arbitrarias y anticonstitucionales no abona a la transformación de la nación. Al contrario, solo daría paso a un nuevo andamiaje, a un nuevo status quo fundamentado en acciones contrarias al derecho y la justicia, cuyos frutos en consecuencia no serían en beneficio para nuestro amado país.

Los obispos están convencidos que los cambios de estructuras son fruto de hombres nuevos. El Salvador necesita urgentemente un cambio de estructuras, pero ese cambio solo será posible si es realizado por hombres y mujeres con corazones nuevos. Lo queremos subrayar aplicado a El Salvador, no tendremos nuevas y renovadas estructuras sin hombres nuevos que a la luz del Evangelio sepan ser verdaderamente libres y responsables.

En otro apartado expresan la necesidad del respeto de la democracia y la separación de los poderes del Estado: “la paz de que habla la Iglesia es fruto de la justicia, es decir, el respeto a las leyes implica la no alteración violenta, sino el cumplimiento del proceso establecido para su promulgación, a través de organismos legalmente establecidos para tal función. Sembrar la paz significa respetar los valores de la democracia (Aparecida n. 74); No puede haber democracia verdadera y estable sin justicia, sin división real de poderes y sin la vigencia del Estado de derecho (Aparecida n. 76).

Una preocupación representa el proceso de reforma constitucional en relación a la vida humana.

En razón de humanidad, y además como cristianos, estamos absolutamente a favor de la vida desde su concepción hasta su muerte natural. No se puede aceptar una reforma constitucional que ponga las condiciones para la legalización del aborto. Tampoco la reforma constitucional que, con un lenguaje equívoco, llamándole “muerte digna”, legalice la eutanasia. Nunca será legal el asesinato. La Constitución, conforme a los valores y principios de nuestra sociedad, deberá defender el bien de la vida y la familia.

La Conferencia episcopal también pide el respeto de los artículos pétreos de la Constitución de la República: Los artículos pétreos de nuestra Constitución política no pueden ser reformados, deben

conservarse como tales, porque de lo contrario, se vulneraría el sistema democrático que siempre ha defendido nuestro pueblo. Por último, el comunicado contiene un llamado a la Asamblea Legislativa para que reforme la ley que obliga al uso del Bitcoin para que sea opcional y no obligatorio.