Los obispos salvadoreños expresan su preocupación por la falta del reconocimiento del agua como un derecho humano en El Salvador y por la posible contaminación del Rio Lempa a causa del proyecto minero del Cerro Blanco en la zona fronteriza con Guatemala.
El comunicado de la Conferencia Episcopal recoge un llamamiento a la actual Asamblea Legislativa para que ratifique las reformas constitucionales que fueron aprobadas por la legislación anterior: “en cuanto a la ratificación de las reformas constitucionales sobre el derecho humano al agua y a la alimentación adecuada, pedimos para bien de todos, que la Asamblea Legislativa ratifique dichas reformas constitucionales. Reformas hechas en los artículos, 2 y 69, con la finalidad de que el Estado Salvadoreño reconozca el agua y la alimentación adecuada como derechos humanos”.
Los obispos reconocen la función social de las Juntas de Agua y solicitan que se les dé la oportunidad de expresar sus consideraciones u observaciones a la Ley General de Recursos Hídricos: “Las juntas de agua por lo general le dan cobertura de agua a la zona rural del país, es decir llegan a los lugares donde el Estado no llega, cumplen una función social y ambiental importante para que las familias puedan consumir agua y esto también posibilita mejores condiciones sanitarias y de alimentación”.
Una grave problemática ambiental representa el proyecto minero del Cerro Blanco en Guatemala. El Cerro Blanco está ubicado en Asunción Mita, departamento de Jutiapa, en Guatemala, a 14 kilómetros de El Salvador, en un importante acuífero subterráneo entre el Río Ostúa de Guatemala y el municipio de Metapán, de El Salvador. El rio Ostúa contaminará el lago de Güija, debido a las cantidades de arsénico natural que recibe provenientes de la actividad en la mina Cerro Blanco; y el lago Güija contaminará el río Lempa, pues es su más grande proveedor de agua. Por tal motivo, “hacemos un vehemente llamado a las autoridades de nuestro país a realizar todas las diligencias posibles para parar dicho proyecto; y, pedimos a la comunidad internacional, no permitir tal desastre humano y ambiental”.